LA VERDAD

Este sitio es acerca la teología reformada tal como fue enseñada por los grandes e influyentes reformadores del siglo 16. El trabajo de ellos cambió la forma de ver el Cristianismo en términos de teología y liturgia. Fueron ellos que viendo la corrupción en la existente iglesia Católica desearon reformarla de acuerdo a Escritura, trayendo consigo la mas grande revolución religiosa y social que la historia de la iglesia haya sido testigo. Su legado sigue hoy en este siglo, y su influencia cambió Europa y dio nacimiento a los Estados Unidos de América.

jueves, septiembre 01, 2016

EL PACTO HECHO CON ADAM FUE UN PACTO DE OBRAS


(1797-1878)



INTRODUCCION

Dentro de la teología pactal, se estudia el pacto de Obras, es decir el pacto que Dios hizo con Adam antes de la caída. Esto es un tema central para entender el pacto de gracia. Muchos teólogos Reformados presbiterianos han escrito volúmenes sobre este tema. El siguiente pertenece a la Teología Sistemática de Charles Hodge, presidente del Seminario Teológico de Princeton. Lectura para aquellos que estan conociendo la teologia Reformada y particularmente la teologia del Pacto. 


EL PACTO HECHO CON ADAN FUE UN 
PACTO DE OBRAS


"Esta afirmación no se basa en ninguna declaración expresa de las Escrituras. Sin embargo, es un modo conciso y correcto de afirmar un hecho claro Escrituralmente, es decir, que Dios hizo a Adán una promesa contingente a una condición, y agregó a la desobediencia cierto castigo.

Esto es lo que en el lenguaje bíblico se entiende por un pacto, y esto es todo lo que se quiere decir con el término como se usa aquí. A pesar de que la palabra pacto no se utiliza en Génesis, y ni en ningún otro lugar o pasaje Bíblico, esto ocurre en referencia a la transacción allí registrada, sin embargo, ya que el plan de salvación está representado constantemente como un Nuevo Pacto ("nuevo," no sólo en la antítesis al que se hizo en el Sinaí), pero "nuevo" en referencia a todos los pactos legales de lo que sea, es evidente que en la Biblia representa el arreglo hecho con Adán como una transacción verdaderamente federal.

Las Escrituras no saben nada de cualquier otro método aparte de los dos métodos para alcanzar la vida eterna: el que exige obediencia perfecta;  y el otro el cual exige nuestra fe. Si este último caso se denomina un pacto, el primero se declara de la misma naturaleza. Es de gran importancia que la forma de las Escrituras de presentar la verdad debe mantenerse.
El racionalismo se introdujo en la Iglesia bajo la apariencia de una declaración filosófica de las verdades de la Biblia libres de la mera forma externa en la que los escritores sagrados, formados en el judaísmo, los habían presentado.
En esta base el sistema federal, como se le llamaba, fue descartado. En la misma base los oficios proféticos, sacerdotal y de realeza de Cristo fueron pronunciados en forma engorrosa y poco satisfactoria bajo el cual se exponen su obra como nuestro Redentor.

Y entonces el carácter sacrificial de su muerte, y toda idea de expiación fueron rechazadas como meras cortinas judías. Por lo tanto, por la teoría de la acomodación, cada doctrina distintiva de las Escrituras fue dejada de lado, y el cristianismo fue reducido al deísmo. Es, por lo tanto, mucho más que una mera cuestión de método la que está implicada en la adhesión Escritural la forma de presentar las verdades Escriturales.
Dios entonces entró en un pacto con Adán. Ese pacto a veces se llama un pacto de vida, porque la vida fue prometida como recompensa a la obediencia. A veces se le llama el pacto de obras, porque las obras eran la condición en que se suspendió esa promesa, y debido a que se distingue así del Nuevo Pacto que promete la vida en la condición de la fe.

... La condición del pacto hecho con fue de perfecta obediencia. Que esta afirmación es correcta puede inferirse:

(1.) De la naturaleza del caso y de los principios generales claramente reveladas en la palabra de Dios. Tal es la naturaleza de Dios, y la relación de este tipo que Él sostiene a sus criaturas morales, que el pecado, la transgresión de la ley divina, debe implicar la destrucción de la comunión entre el hombre y su Creador, y la manifestación del desagrado divino. Por tanto, el Apóstol dice, que el que ofende en un punto, rompe un precepto de la ley de Dios, es culpable de todo.

(2.) Se asume en todas partes en la Biblia, que la condición de aceptación contemplado en la ley es perfecta obediencia. "Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas." Esto no es una peculiaridad de la economía mosaica, sino una declaración de un principio que se aplica a todas las leyes divinas.

(3) Todo el argumento del apóstol en sus epístolas a los Romanos  y a los Gálatas, se basa en la suposición de que la ley exige obediencia perfecta. Si eso no se puede conceder, toda su argumentación cae al suelo.

El mandamiento específico a Adán de no comer de cierto árbol, por lo tanto, no era el único mandamiento que estaba obligado a obedecer. Se le fue dado simplemente para ser la prueba externa y visible para determinar si estaba dispuesto a obedecer a Dios en todas las cosas. 

La cuestión de si una obediencia perpetua, así como perfecta, era la condición del pacto hecho con Adán, probable la respuesta es negativa. Parece ser razonable en sí mismo y claramente implícita en las Escrituras que todas las criaturas racionales tienen un período definido de libertad condicional.
Si eran fieles durante ese período ello se confirmaría por su integridad, y ya no estarían expuestos al peligro de la apostasía. Así, leemos de los ángeles que no guardaron su primer estado, y de los que lo hicieron. Los que permanecieron fieles han seguido en la santidad y en el favor de Dios. Por consiguiente, se puede inferir que si Adam hubiera sido obediente durante el período asignado a su periodo de prueba, ni él ni ninguno de sus descendientes habrían estado nunca expuestos al peligro de pecar.

-Charles Hodge (1797-1878), Teología Sistemática (en representación de Oak Harbor, WA:. Logos Research Systems, Inc., 1997), 2,117 a 18, 119-120.


Caesar Arevalo

1 comentario:

Cristián dijo...

Da en el clavo Hodge. Muy buena explicación. Actualmente dentro de los círculos 'reformados' se lee a algunos adeptos a los cánones de Dort que desprecian la doctrina del pacto de obras como J. Piper. También he tenido ciertos encuentros con personajes que niegan dicho pacto en el Edén. Es interesante que esta perspectiva absolutamente desconectada del presbiterianismo histórico está tomando cierta fuerza. Saludos Rev.