LA “VISION FEDERAL” Y
LA DOCTRINA ROMANISTA EN OPOSICION A LA DOCTRINA DE LA JUSTIFICACION DE LA
REFORMA
Según Roma, la justificación
viene al final de un proceso muy largo. Para la Iglesia Católica Romana, Dios
acepta a los hombres después de que se conviertan personalmente en santos y (en
la mayoría de los casos) son aún más purificados en el purgatorio. Para los
teólogos de la Visión Federal (VF), así como de los escritores de la “nueva
perspectiva paulina,” la justificación
viene después de un período de fidelidad del pacto (léase obras). Ambos
sistemas requieren obediencia personal para la justificación, y los
Reformadores se opusieron a este sistema de obras.
La fe y las obras son
la base para la justificación en ambos teológicos, de Roma y la VF. Los
Romanistas enseñan que el hombre se salva por la fe y las buenas obras que se
derivan de la fe. Los teólogos de la VF enseñan que los hombres son en última
instancia, justificados por la fe y la fidelidad al pacto; por la creencia y
obediencia personal; por la confianza y la perseverancia en la rectitud
personal. Lamentablemente, esta herejía esta engranada en algunos grupos que se
denominan “reformados.”
Ellos dicen que la
justificación es un esfuerzo cooperativo entre Dios y el hombre (sinergismo).
Los Romanistas enseñan que los miembros de la iglesia deben cooperar con la
gracia interior hasta que se logre la justificación. Asimismo, los teólogos de la VF enseñan que
los hombres deben ser fieles al pacto para mantener su justificación en el
último día.
Según este sistema
sinergista, el fundamento de la justificación es la muerte de Cristo y las
buenas obras. Recuerde, los Reformadores rechazaron esta ecuación teológica.
Vemos que el Romanismo combina los méritos de Cristo con la
santidad interior o justificación y santificación para la justificación. Los
teólogos de la VF combinan la muerte de Cristo, que trae el perdón de los
pecados con la fidelidad al pacto de miembros de la iglesia. Esta fidelidad al
pacto trae justificación final en el último día. Ambas doctrinas niegan la justicia
perfecta de Cristo como la única justicia que justifica al pecador.
Los Reformadores entendían
la justificación como un acto soberano de Dios en Cristo, monergismo, en donde
la justicia perfecta de Cristo se imputa al pecador que cree, veamos lo que
dice Juan Calvino:
Explicamos la justificación simplemente como la aceptación con que Dios
nos recibe en su favor como hombres justos. Y decimos que consiste en la remisión
de los pecados y la imputación de la justicia de Cristo. (Institutos 3: 11: 2)
Ahora, tanto el arrepentimiento y el perdón de los pecados, es decir,
una vida nueva y libre reconciliación son otorgados a nosotros por Cristo, y
ambos son alcanzados por medio de la fe. (Institutos 3: 3: 1)
Nuestra justicia no está en nosotros sino en Cristo, ... lo poseemos
solamente porque somos participantes en Cristo. (Institutos 3:11:23)
Decimos que la fe justifica, pues no amerita justicia para nosotros por
su propio valor, sino porque es un instrumento mediante el cual obtenemos
libremente la justicia de Cristo. (Institutos 3: 18: 8)
El poder de la justificación, que posee la fe, no se encuentra en ningún
valor de obras. Nuestra justificación se basa en la misericordia de Dios
solamente y en los méritos de Cristo, y la fe, y cuando echa mano de la
justificación, se dice que es para justificar. (Institutos 3: 18: 8)
El teólog0 Puritano Calvinista Ingles, John Owen escribió:
Aquellos a quienes Dios llama eficazmente, también los justifica
gratuitamente, no infundiendo justicia en ellos, sino por perdonarles sus
pecados, y tenerlos y aceptándolos como justos; no por algo hecho por ellos o
en ellos, sino por causa de Cristo; ni por la imputación de la fe misma,
ni por el acto del creyente, o cualquier
otra obediencia evangélica a ellos, como si fuera su justicia; sino por la
imputación de la obediencia activa de Cristo a toda la ley, y la obediencia
pasiva en su muerte por su entera y única justicia, ellos reciben y descansan
sobre él y su justificación por la fe; cuya fe no la tienen de sí mismos, sino que
es don de Dios”
El monje Agustiniano Alemán,
Martin Lutero afirmó en su comentario a los Gálatas en 1538:
“Ésta y única roca firme, lo que llamamos la doctrina de la
justificación es el principal artículo de toda la doctrina cristiana, que
comprende la comprensión de toda piedad ... si este artículo se permanece en su
lugar, la Iglesia está firme; si cae, cae la Iglesia. "-
Por Caesar Arevalo
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